Los países vencedores de la primera guerra mantuvieron sus democracias
parlamentarias y liberales. Italia y Alemania organizan sus Estados bajo nuevas
bases económicas y políticas, de manera que sus democracias liberales fueron
reemplazadas por gobiernos totalitarios: el fascismo en Italia y el nazismo en
Alemania.
Tanto en Italia como en Alemania se consolidó la organización política de los
obreros, creció el número de afiliados a los partidos obreros socialistas, católicos y
comunistas. Los partidos socialdemócratas representaban a los obreros que habían
renunciado a la lucha armada y aceptado la lucha parlamentaria, e impulsaron
reformas que mejoraban sus condiciones laborales. Otros sectores obreros se
inclinaron por la lucha armada siguiendo los pasos de los bolcheviques.
Surgieron así fuertes tensiones sociales, huelgas, ocupaciones de fábricas y
de propiedades rurales. Frente a esta situación los sectores más poderosos (la
burguesía industrial y los terratenientes) y los sectores medios (profesionales,
pequeños propietarios, empleados públicos) se sintieron amenazados por el avance
del socialismo, en consecuencia, apoyaron a grupos políticos de ideas nacionalistas
que proponían consolidar el capitalismo.
Resurgimiento de un discurso nacionalista
La derrota de la guerra y las exigencias de los vencedores presentó las
condiciones para el surgimiento, en Alemania, de un discurso nacionalista que
reivindicaba el orgullo del pueblo alemán y la formación de una gran Alemania. De
las filas del partido Obrero Nacionalsocialista surgió Adolf Hitler, quien sentó las
ideas del nacionalismo autoritario. Estas ideas consideraban que la democracia
liberal no era capaz de sacar a un pueblo de la crisis económica y social, y que sólo
una alianza entre la alta burguesía industrial, la aristocracia rural, los jefes militares
y los nacionalistas era la única posibilidad para imponer el orden social.
Los nacionalistas responsabilizaban a los marxistas, judíos, gitanos y
liberales de la crisis alemana; en consecuencia iniciaron una persecución violenta
sobre esos grupos.
En Italia surge la figura de Benito Mussolini que se propuso combatir el
desorden social y poner freno al avance socialista; se presentaba como el único
capaz de imponer el orden social. Para acceder al gobierno, Mussolini creó el
Partido Nacional Fascista; en el poder disolvió las instituciones democráticas y los
partidos opositores, estableció la censura y la pena de muerte y prohibió toda
actividad sindical no fascista. Impulsó una nueva organización donde el Estado era
el árbitro ante los conflictos entre obreros y empresarios con el objeto de alejar
toda amenaza de lucha de clases.
Shutz Staffeln (SS – Escuadrón defensivo)
Grupo creado
para la persecución ideológica y
la detención de los
enemigos del Estado
alemán
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